jueves, 28 de agosto de 2008

Soberbia y humildad del Faraon

Los Faraones, que se sabían hijos del Sol, nunca aceptaron que se los llamara reyes. Me impresioné cuando de niño alguien me contó que Ramsés II se arrodillaba ante su propia imagen. Pensé que se trataba de un grosero gesto de soberbia; tenerse en tan alta estima como para arrodillarse ante sí mismo. Pero pensé también que se trataba del más despojado gesto de humildad; Hijo del Cielo, linaje de estrellas, todos le debían reverencia y ni siquiera él estaba por encima de esa ley. Y el pueblo sabía esto: el Faraón se arrodilla ante sí mismo, como cualquiera de nosotros. Somos sagrados, así nos asumimos, sabemos quiénes somos. Hijos del Sol con el favor de los dioses.

2 comentarios:

Pablodda dijo...

Linda historia esta. Saludos.

Unknown dijo...

es tan "vos" este parrafito... creo que ahora entiendo un par de cosas...muy bueno el blog, colgá más dibujos!! besos!